EL FRAUDE Y NEGOCIO DE LOS ESCEPTICOS
¿Cuáles son los motivos que conducen a ciertos
personajes a tratar tan enconadamente de echar sistemáticamente por tierra,
como si les fuera la vida en ello, todos aquellos hechos, descubrimientos o
encubrimientos que son una innegable realidad y que se nos ocultan vilmente a
toda la humanidad?
¿Qué pretenden ocultarnos con tanto ahínco? Por qué existe un grupo de individuos muy sospechosos que se empeñan en cuerpo y alma a difamar y ridiculizar realidades innegables como la ENERGÍA LIBRE, la mafia farmacéutica(FARMAFIA), las curas contra el CÁNCER que se nos ocultan, las contactados y avistamientos masivos que están ocurriendo a tantas personas por todo el planeta, las operaciones de BANDERA FALSA, el terrorismo de estado(AUTOATENTADOS) o el fraude vergonzoso del CALENTAMIENTO GLOBAL por citar sólo algunos ejemplos?
Basta leer algunas declaraciones de sus fundadores para comprender la visceralidad de sus escritos: “Soy un escéptico a machamartillo… exagerado defensor de la ortodoxia escéptica… partidario de emplear la máxima dureza… todos los fabricantes de paradojas están en mi punto de mira y cada uno será objeto de chanzas y críticas cuando llegue el momento…” (LAR nº 34/35, pag. 72). Quien esto escribe, Luis Alfonso Gámez, una especie de “Rambo de la ciencia”…
¿Por qué se empeñan en enterrar y ocultar a genios de la ciencia del tamaño de Nikola Tesla o René Quintón (AGUA DE MAR) y tantos ejemplos que nos han dado las claves para sacar a toda la humanidad de los actuales padecimientos?
El objetivo de esta manipulación es presentar ante la comunidad científica una imagen sensacionalista e irreal de los investigadores de lo paranormal para, de esta forma, conseguir el desinterés de la comunidad científica para con estos fenómenos, y al mismo tiempo intentar hacerse un hueco en el estatus académico, y en los presupuestos universitarios. Resulta muy elocuente observar que la mayor parte de estos pretendidos “escépticos” carecen de titulación universitaria, y los que la tienen son absolutos desconocidos en sus respectivas disciplinas. Cuando acceden a medios de comunicación, congresos, etc., es por su ataque visceral a lo paranormal, y no por ser científicos brillantes. Si no ejerciesen de “escépticos” no podrían sublimar su mediocridad intelectual en otros campos.
¿Qué pretenden ocultarnos con tanto ahínco? Por qué existe un grupo de individuos muy sospechosos que se empeñan en cuerpo y alma a difamar y ridiculizar realidades innegables como la ENERGÍA LIBRE, la mafia farmacéutica(FARMAFIA), las curas contra el CÁNCER que se nos ocultan, las contactados y avistamientos masivos que están ocurriendo a tantas personas por todo el planeta, las operaciones de BANDERA FALSA, el terrorismo de estado(AUTOATENTADOS) o el fraude vergonzoso del CALENTAMIENTO GLOBAL por citar sólo algunos ejemplos?
Basta leer algunas declaraciones de sus fundadores para comprender la visceralidad de sus escritos: “Soy un escéptico a machamartillo… exagerado defensor de la ortodoxia escéptica… partidario de emplear la máxima dureza… todos los fabricantes de paradojas están en mi punto de mira y cada uno será objeto de chanzas y críticas cuando llegue el momento…” (LAR nº 34/35, pag. 72). Quien esto escribe, Luis Alfonso Gámez, una especie de “Rambo de la ciencia”…
¿Por qué se empeñan en enterrar y ocultar a genios de la ciencia del tamaño de Nikola Tesla o René Quintón (AGUA DE MAR) y tantos ejemplos que nos han dado las claves para sacar a toda la humanidad de los actuales padecimientos?
El objetivo de esta manipulación es presentar ante la comunidad científica una imagen sensacionalista e irreal de los investigadores de lo paranormal para, de esta forma, conseguir el desinterés de la comunidad científica para con estos fenómenos, y al mismo tiempo intentar hacerse un hueco en el estatus académico, y en los presupuestos universitarios. Resulta muy elocuente observar que la mayor parte de estos pretendidos “escépticos” carecen de titulación universitaria, y los que la tienen son absolutos desconocidos en sus respectivas disciplinas. Cuando acceden a medios de comunicación, congresos, etc., es por su ataque visceral a lo paranormal, y no por ser científicos brillantes. Si no ejerciesen de “escépticos” no podrían sublimar su mediocridad intelectual en otros campos.
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